Mis carnales, siempre les he dicho que la policía y la justicia son de todos nosotros, de la sociedad, y debemos presionar y prestar atención para que cumplan su verdadera función de protección, y no caigan en la corrupción y abuso de poder que todavía persisten en muchos lugares. Hace unos días, el jefe de la policía, Jesús Orta, escribió un mensaje amenazante al reportero policiaco Carlos Jiménez. Luego dijo que fue un error, una confusión.
«A mí también me pasa que, cuando me drogo un montón, mando mensajes de los que luego me arrepiento». Pues bien, ya sea para el reportero o cualquier otra persona, el líder de una institución tan importante y delicada debería ser el menos cuestionable, casi como un maestro Miyagi con placa y tolete.
Aunque las estadísticas son para llorar, la corrupción impera y la violencia e inseguridad están peor que ver a niños peleando a machetazos, aquí seguiré informándoles sobre las victorias del bien sobre aquellos que aman romper la ley y el orden.
Recuerdo que, a una edad temprana, conocí el Resistol 5000 y la entrañable caricatura de los Motorratones, unos roedores que andaban causando estragos en sus potros motorizados. Sin embargo, llegaron estos humanos involucionados, que se comportan como animales y se ganan lo ajeno trepados en motos sin asiento, y ahora tienen ese apodo: ratones en moto robando a los automovilistas atascados en el tráfico de la Ciudad de México, como si fueran el colesterol obstruyendo las arterias de la gran urbe.
Lo importante es denunciar y seguir denunciando, porque la presión sobre las autoridades es fuerte, y no pueden quedarse de brazos cruzados. En un incidente reciente, las cámaras seguían la pista a estos ladrones en moto que amedrentaban a los ciudadanos. Al verse perseguidos, intentaron escapar, pero más rápido de lo que imaginaban, la patrulla los alcanzó y frustró sus intentos de fuga. Uno de los ladrones logró huir, pero las cámaras lo captaron claramente.
En otro caso, unos comerciantes honestos fueron víctimas del robo de una camioneta de carga. Afortunadamente, alertaron a las autoridades, quienes coordinaron un operativo para darles alcance en Iztapalapa. Uno de los ladrones intentó huir corriendo y quitándose la ropa para no ser reconocido, pero terminó atrapado gracias a un árbol.
Luego, en una nueva historia en Iztapalapa, unos jóvenes regresaban a casa cuando fueron abordados por tres ladrones que los despojaron de sus pertenencias. Después de cometer el robo, huyeron en un carro, pero no sin antes discutir sobre la dirección correcta. Finalmente, gracias a las cámaras y la intervención de la policía, fueron capturados.
En resumen, la delincuencia no tiene cabida, y es crucial seguir denunciando para mantener la presión sobre las autoridades. ¡Compartan si les gustó y síganme en Instagram y Twitter como MineroLR! ¡Si no les gustó, váyanse a la guerra a ver si eso les gusta, pero la violencia no es la solución!