En las oscuras calles de la ciudad, un nuevo y peculiar tipo de delincuentes ha emergido de las sombras, desafiando la seguridad y desatando una ola de crímenes singulares. Se trata de ladrones especializados en el robo de focos de luz, un fenómeno que ha dejado a comunidades enteras sumidas en la penumbra y a las autoridades perplejas ante la audacia de estos criminales.
Este intrigante reportaje busca arrojar luz sobre una serie de incidentes que han mantenido en vilo a vecindarios urbanos, donde los focos de luz no solo representan seguridad, sino también la barrera entre la tranquilidad y la amenaza. Desde farolas en parques hasta iluminación pública en calles transitadas, ningún lugar parece estar a salvo de estos inusuales asaltantes.
Que tranza mi carnales y carnalas, hoy traigo a ustedes una recopilación que varias veces nos ha sacado de pedo: La banda de los roba focos!
Unos dicen que las pobres almas del señor que roban focos, los utilizan para drogarse, quemar piedra o lo que sea que se metan en el cerebro pa que se los atrofie.
Pero aquí les he demostrado, con acercamientos intensos, que los focos que se roban son hasta ahorradores, que no sirven pa ningun vicio.
Como este zombie que parece se va a desmayar en cualquier momento.
Anda venadeando en la colonia para ver qué tesoro se puede llevar.
En eso ve que una persona va a pasar, y como se siente ninja, dicen, me voy a camuflajear con esta pared.
Y ya que pasa el otro sujeto, la trácala cruza la calle y empieza a desmontar las bombillas electricas.
Y es aquí donde podemos observar que los focos que se roba son ahorradores.
Ya que terminó, se pone en su hocico lo robado, y vamonos como perro ladrón a mi cuchitrill a poner los focos y a ver si puedo ver luz en mi camino.
Y estos que te voy a mostrar, además de ladrones, montoneros, también son re pendejos.
Ya hasta parece el clásico chiste de cuántos gallegos se necesitan para cambiar un foco, aquí cuantos miembros de la pandilla se necesita para chingarse una bombilla.
parece que así vienen peinando las cuadras pa ver qué se les pega.
Y ya cuando
Y este otro imbécil hasta erramienta se llevó, un palo que seguro le entra completito hasta la garganta que utilizó para quitar el foco, pero también al pendejo se le cae ya cuando lo quita. Para que vean que lejos de enojarse de los rateros, uno se debe de tentar el corazón, pues están menos evolucionados.
Como estos genios del robo, que sabiendo que les podían echar cadena perpetua por robarse un foco, decidieron tapar la cámara de seguridad con una revista para que no quedara registrada su cochina cara de ratas de alcatarilla, pero no se dieron cuenta que había otra cámara que wachó todo el instante.