Estas gamers son el terror de los pobres gamers, y de los pobres ganzos.
Cuando estaba niño pasaban en la televisión un comercial con una canción muy pegajosa que ya nos hablaba de lo que se venía en el futuro y que ahora vemos: Vota vota y no es pelota, son las nuevas Chechestreamer.
Esta tendencia comenzó en Estados Unidos con mujeres que, transmitiendo en vivo, comenzaron a despojarse de su ropa y hacer movimientos provocativamente sexuales para llamar más audiencia y ganar más dinero. Peyorativamente, o sea, con el afán de molestar, de chingar, se refieren a ellas como Bikini Streamers. Aquí en Latinoamérica les conocemos como Chechestreamers, las rebotadoras, o escribe en los comentarios tú cómo las conoces.
Ya en un video pasado toqué el tema, pero ahora no te traigo solo una opinión, te traigo la mercancía, la droga… ah no, ¿verdad? Te traigo la noticia que recorre internet, pues Twitch, la mamá de las plataformas de streaming, con el paso del tiempo va corrigiendo, moldeando, estructurando su reglamento, sus lineamientos conforme al contexto de la persona que transmite en vivo para ganar dinero. Porque no todas las personas transmiten videojuegos; también dibujan, tocan música, duermen… entre otras actividades. Pero lo que sí querían dejar claro es que estas plataformas no podían convertirse en una página de webcams porno. Para eso también existe OnlyFans.
Por eso en los lineamientos se prohibía mostrar los pezones, a menos que estés amamantando. Pero tal cual, como en la vida real, las streamers, como las empresas, buscan una grieta en las reglas para aprovechar y sacar el máximo rendimiento. Por eso, como las empresas de comida en la vida real buscan ponerle mucha azúcar a sus productos para generar una adicción, las streamers buscan poner escotes en sus transmisiones para atraer adictos a la leche materna. Así tal cual, como en la vida real, el consumidor se inclinará por un producto rico en grasa y azúcares aunque sea perjudicial, a uno producto saludable.
Parece que esto fue lo que provocó que Twitch hiciera caso a los comentarios de otros streamers que se quejaban de esta competencia desigual, por lo que la plataforma dijo que se prohibiría y se amonestaría los elementos contextuales como el título de la secuencia, ángulos de cámara, emojis, paneles, vestimenta, superposiciones y moderaciones de chat. Yo esta noticia no la puedo corroborar porque no pertenezco a esa plataforma, pero espero que los que sí pertenecen nos informen a los de otras redes, para estar al pendiente, y no solo por pinches chismosos, que sí lo somos, se los acepto, sino que Facebook y otras redes sociales seguramente adoptarán esas medidas en el futuro si es conveniente.
No nos hagamos pendejos, buscaban torcer las reglas como yo me tuerzo el ganzo; muchas hicieron una coreografía cada vez más sexual, sugerente, provocativa para cuando los donadores hicieran su aporte se enviciaran con el rebote de carnes. Un producto casi taibolesco, en el que a mayor donación de dinero, mayor era la entrega lasciva de imágenes que podría pararle el corazón a Johnny Sins. Eso provocó que la red se inundara por cada vez más mujeres cada vez más desinhibidas y una competencia desigual para con otros que sí son gamers. Esa queja constante, al parecer fue tomada en cuenta y se sancionarán las prácticas antes mencionadas.
¿Será el fin de las Chichistreamers? Déjame tu comentario y sígueme en mis redes sociales de gamer: Facebook y YouTube, Miñero Gamer, y ahí nos vemos, pero no se te ocurra llegar y escribir en el chat en vivo… «¿aquí es dónde enseñan las chichis y bailan por dinero?» porque me pongo cachondo, me acuerdo de esas imágenes y ya quiero dejar de transmitir para ponerme a ver a mi Chichistreamer de mi preferencia mientras le pongo a mi cíclope su surtido rico de dulces chingadazos madrazos y jalones!

