La unión de Morena es más falsa que la dentadura de Mariana Rodríguez. ¡Blanca nel, fosfo fosfo! Y hablando de dentadura, antes de pasar a Morena, sin albur, a la que le andaban checando la dentadura fue a la funda, a la chiquita, al nuevo ligue de López-Gatell, que lo cacharon violando la sana distancia.
Para los pobres ilusos que creían que el partido que tenía el apodo de la Guadalupana iba a ser diferente a los otros, se necesitó una competencia por el poder para que se lanzaran acusaciones los unos a los otros. Y mis chairos, no se me emperren, no es mi opinión, son hechos, noticias que puedes ver por todos lados. Y ustedes, derechangos, ni se me exciten, porque ahorita no quiero hablar del risible FRENAA.
Primero, Gibrán “el Moreno” Martínez quiso luchar a dos de tres caídas por la presidencia de Morena. Perdió y acusó al tirantes, que en este caso fue el INE, y a Mario “el Sonrisas” Delgado, que según él le hicieron trampa. Pero en el segundo y primer lugar quedaron el Sonrisas y el hermano malvado de Chabelo, Porfirio Muñoz Ledo. Terminaron en empate y no aceptaron. Así que se empezaron a lanzar acusaciones, descalificaciones y calzones, porque ya sabes que sacan los trapitos sucios.
Porfirio Ledo se sintió Porfirio Díaz y dijo: “A mí me vale, yo no empaté, yo gané y se van a chiflar al monte”. Y contrató un carnaval e invitó a sus simpatizantes a que fueran con él a tomar posesión del poder. Y se dejó caer toda la banda de la tercera edad. Ahí se encontraron a un grupo de feministas en las que estaba Estafanía EnChinga, perdón, Estefanía Veloz, quienes protestaban en la sede de Morena en la Roma Norte, Ciudad de México, contra el machismo y acoso, y gritaban al aire que Morena sería feminista. Gibrán, Estefanía Veloz, nomás faltó Danger rapeando para que el programa del Once fuera parte de la noticia.
Ya veremos qué desarrollo tiene esta noticia en el futuro. Pero como hace años lo dije, antes de que AMLO fuera presidente, el reto era lograr que el nuevo partido político y sus integrantes se mantuvieran íntegros y honestos.
Después de que las feministas tomaran el edificio de manera veloz, Don Porfirio decidió cancelar su toma de protesta.
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