Miren, mis ñeros, si en México no estuviéramos tan desensibilizados, tan duros al dolor, tan salvajes, yo no podría existir entre ustedes. El arte refleja lo que vivimos los humanos, nos guste o no. Y en el estadio de Querétaro lo que vimos fue mucho arte marcial. No, ni eso, lo que se vio fue puro gandallismo, miedo, intentos de homicidio. Bueno, homicidio. Entiendo a Chicarcas, ver tantos cuerpos inertes intentando ser masacrados, o quizás, desgraciadamente, hayan sido masacrados. Se habló de 17 cadáveres, pero el gobierno de Querétaro, el gobernador, casi con lágrimas en los ojos, nos pide a la sociedad que le creamos, que qué gana con mentirnos. Y yo no meto las manos al fuego por nada, ni por nadie. Si mi propia sombra me traiciona, por eso no confío ni en mis cinco sentidos. Pero si como país queremos estar fuertes, tenemos que creer en las instituciones, pero no ciegamente. Hay que exigirles que rindan cuentas, que sean transparentes y que cumplan la ley esos seres humanos que trabajan en los edificios de gobierno. Muchos serán burócratas inéptos, pero la mayoría es pueblo, es bandita, valedores. Entonces, si hay un solo cuerpo o un solo desaparecido, como mencioné ayer, desgraciadamente con el Mijis, siempre hay alguien de la familia o amigos que recuerda, que busca, que exige. En esta época de viralidad, pero no del corona, sino de noticias falsas, fake news, uno ya ni sabe qué creer ni a quién. Y eso se siente bien feo, lo entenderán bien los despechados como Nodal y yo.
En el minuto 65 del partido entre Querétaro y Atlas, una riña en las gradas comenzó y derivó en un surtido rico de amargos chingadazos. Todo comenzó en el Estadio Corregidora, cuando ambos bandos de la porra empezaron la trifulca, separados por una reja. Las autoridades comenzaron las pesquisas para detener a quienes, según ellos, tienen identificados. Aunque algunos han sido vinculados a proceso, otros han sido liberados porque, según el juez, las pruebas incriminatorias no eran suficientes. Muchos mexicanos piden sanciones ejemplares para el fútbol mexicano, como quedar fuera de las competencias internacionales. Algo que veo muy difícil de concretar, pues en este mundo capitalista hay algo más importante que la vida y la seguridad humana: el dinero.
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