En el amplio y complejo debate sobre la equidad de género y la lucha contra el machismo, es común que se enfoque predominantemente en los desafíos y las injusticias que enfrentan las mujeres en la sociedad. Sin embargo, es crucial reconocer que el machismo no solo tiene repercusiones negativas para el género femenino, sino que también afecta profundamente a los hombres. A menudo, este aspecto queda eclipsado o minimizado en las conversaciones sobre igualdad de género, pero es esencial entender que los hombres también son víctimas de los estereotipos de género y las normas sociales patriarcales. En este contexto, es fundamental explorar cómo el machismo inflige daño a los hombres, perpetuando expectativas dañinas y limitantes sobre su comportamiento, emociones y roles en la sociedad. Este texto se propone abordar esta faceta menos reconocida pero igualmente relevante del machismo, destacando cómo afecta a los hombres en diversas dimensiones de sus vidas y por qué es crucial incluir su experiencia en la lucha por la igualdad de género.
Yo también sufro.
Ya vas a empezar de pinche chillón.
¿Es que chic? (Miñero interrumpido) …tragasables, muerde almohadas, niñita cagona.
¿Ya chic?
Gay, homosexual…
Tú también sufres, Chicarcas.
Sí, cierto, se me atora la comida en mi muela picada.
Estoy hablando del machismo, los hombres también sufrimos lo que las mujeres sufren, y no me refiero a los cólicos, ellas por la regla y nosotros por pedorros, putatenshión, my friend.
No porque un tema sea más importante, vamos a dejar de hablar de los demás. En videos pasados, como «Ellas también tienen la culpa», «Falta otro Monstruo de Ecatepec», «Miñero en Peligro de extinción», hablé y denuncié los graves casos de feminicidios que ocurren en nuestro país, pero también en el mundo. Hablé sobre los instintos humanos y la probable responsabilidad de la genética masculina en tanta barbarie. – ¡Qué bárbaro, Miñero, me sorprende tanto análisis!
Hablé del feminismo y por qué las mujeres son víctimas de la estructura social machista. Ahora te digo que los hombres también somos víctimas de lo mismo!
El machismo es una ideología antigua, que, al igual que el miedo a quedarse chimuelo, está arraigada en la mente de hombres y mujeres por igual, solo que uno es inevitable (hablar como chimuelo).
Creer que un macho es mejor que una hembra es enseñado por millones de madres a sus hijos, y el primer ejemplo que nadie me va a negar, es cuando nos decían, «no chillen, aguántense», tal vez no se den cuenta, pero aún hoy en día, en los comentarios te encontrarás con alguna mujer que escriba «no seas niña». «Corres como niña, peleas como mujer, chismosa como vieja», son frases que usan tanto hombres como mujeres. – ¡No yo!
Hay perros bien amaestrados que al verme portar una prenda rosada, te dejarían sorprendido si te dijera lo que dicen, Chicarcas. – ¿Qué cosa? – La cola, la fila de personas que sientes que se les cae el pene si visten de rosa y hasta ahora no le ha pasado a ningún daltónico.
Pero antes de pasar a los abusos sanguinarios y torturas que sufrimos los hombres. Y no me refiero al surtido rico de dulces chingadazos que me daba mi jefa.
El estereotipo de un hombre es ser rudo, inexpresivo, duro, invulnerable, proveedor y muchas cosas que nos dicen desde morro.
Esa clase de educación, moral y ética machista, se viene construyendo desde la antigüedad. ¿Cuántas obras artísticas no hablan o retratan la superioridad masculina sobre la femenina? Desde la ópera, hasta el reguetón, hay machismo por todas partes.
¿Cuántos hombres no tenemos que aguantar el dolor porque no es de hombres quejarse?
Y aún hoy, en pleno momento de conciencia colectiva, los casos reales y experimentos en los que reacciona la sociedad ante el maltrato y violencia en pareja, arrojan que nos aventuramos a auxiliar a la mujer humillada y golpeada, pero nos reímos si eso le pasa al hombre. – No es cierto, güey, yo no me reía cuando mi mamá le pegaba a mi papá. – Chicarcas, tú no tienes papás. – Por eso, güey, cero risas.
Según estudios, es mucho más probable que un testigo, una tercera persona, denuncie violencia contra una mujer que contra un hombre.
¿Cuántos hombres conoces que han sufrido o sufren violencia intrafamiliar por parte de una mujer? Ellas también violan, secuestran, roban, extorsionan y matan a otros hombres. ¿Recuerdan que hablé de un gen defectuoso en el cromosoma X, que algunos proponen, afecta el comportamiento criminal de los hombres? Pues las mujeres también tienen una gran posibilidad de ser propensas a la violencia. No solo el gen podría desencadenar la mala conducta, también un problema en la corteza prefrontal, una infancia triste y más variantes de las que las mujeres son víctimas.
Todo abuso comienza desde que uno es niño, y es cierto que el mayor perpetrador de violencia es el hombre, pero también hay un porcentaje de mujeres y víctimas que son hombres. Pero no solo psicológica y sexualmente nos afectan. Se habla de mujeres atacadas con ácido, y aunque no son las mismas circunstancias, también los hombres son atacados con ácido.
Pero los hombres no se organizan, no hablan del tema, lo sufren en silencio.
Una de las máximas torturas a las que pueden ser sometidas, y de lo que se habla por todas partes, es la ablación femenina, la mutilación de sus genitales; y aunque el hombre sufre también mutilación en sus genitales, como los millones que le lloran cada noche a su prepucio, y tientan una y otra vez el lugar donde debería de estar, hay que aguantarse porque la mutilación masculina es por machismo y naciste macho, aguántate. -¡Cómo castras, Miñero! -Justo eso, Chicarcas, una frase tan común y que desgraciadamente muchos hombres sufren literalmente, sobre todo ahora en la época de la guerra del narco. Ya sea por la violencia, cultural, religiosa, machista, por lo que sea, a los hombres nos cortan algo que también duele un montón.
La violación en las cárceles contra hombres siempre se justifica que es otro hombre el que la provoca, yo por eso les digo que no pienso que el problema sea de hombre contra mujer, sino de fuerte contra débil. Además, en las cárceles hay muchos inocentes que sufren doble pena sin merecerlo. -¿Dices? Cuando les remueven los frijoles.
Al ser humano le gusta clasificar los descubrimientos a su alrededor, a veces funciona, a veces no. El machismo es una de esas ideologías pendejas que perduran desde hace mucho, y que aunque la mujer sufre las peores consecuencias, los hombres también lo padecemos. No porque una cosa sea más urgente, no se va a hablar de lo demás. -Acabemos con el machismo -Eso, Chicarcas, aprendiste. -No quiero que me corten el pito.